Recomienda un libro

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. mike2
     
    .

    User deleted


    bueno a la pregunta del hilo, recien termine..LA VIDA POR UN MUNDO MEJOR .......CHE!!
    pacho o`donnell

    trata de la vida del che desde su infancia, hasta su muerte, pero de una manera, personal, no tanto de sus logros, por supuesto que habla de la historia, pero explora los sentimientos tal como si se tratara de un mercenario, al servicio de uno o de otro...y traicionado por todos..
    la frustacion de ganar una batalla y sentirse ajeno al triunfo, no por gusto, porque se lo hacian saber...
    el trunfo de la revolucion cubana, el nombramiento en el consejo principal para luego pedirle que arregle otras cosas en nicaragua....el che!
    sin duda un personaje digno de leer...
     
    .
  2. -Friday13-
     
    .

    User deleted


    Lo tomare en cuenta,Mike...

    Gracias a los que han colaborado...



    El alquimista

    Paulo Coelho


     
    .
  3. ~Leo~
     
    .

    User deleted


    México Mutilado- Francisco Martín Moreno

    No lo hé leído, pero por la entrevista parece interesante, veamos:




    Invitado: Francisco Martín Moreno

    México, D. F., 17 de septiembre de 2005.


    VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA ENTREVISTA CONCEDIDA POR FRANCISCO MARTÍN MORENO, ESCRITOR, AL PERIODISTA SERGIO SARMIENTO, CONDUCTOR DEL PROGRAMA “LA ENTREVISTA CON SARMIENTO”, DE TV AZTECA.


    SERGIO SARMIENTO: Hola amigos, qué tal, sean ustedes bienvenidos a La Entrevista. Hoy se encuentra con nosotros el escritor mexicano Francisco Martín Moreno, él está presentando esta novela que tengo aquí conmigo, “MÉXICO MUTILADO”.

    A lo largo de los años Francisco Martín Moreno nos ha habituado a presentarnos una serie de obras, novelas, que tratan algunos de los temas históricos, sin embargo, que son más importantes para nuestro país.

    Entre las obras que ha publicado, todas ellas que tienen que ver con lo más profundo de nuestro país, se encuentran “MÉXICO NEGRO”, “MÉXICO SEDIENTO”, “MÉXICO SECRETO” y ahora “MÉXICO MUTILADO”.

    ¿Qué es lo que hace Francisco Martín Moreno? Lo que hace es tomar datos históricos, lo que hace es tomar pedazos de la historia mexicana, ofrecernos estos datos de manera novelada, los hace accesibles, pero nos permite una visión de este país que hemos construido con mucho trabajo los mexicanos, pero que también muchas veces hemos destruido los mexicanos.

    Y en ninguno de todos los libros quizás queda más clara esta metáfora como en “MÉXICO MUTILADO”. “MÉXICO MUTILADO” es la historia finalmente de un país que pierde la mitad de su territorio, y precisamente sobre eso vamos a hablar con Francisco Martín Moreno.

    Paco, gracias por estar con nosotros aquí en La Entrevista. Lo primero que yo siento de este “MÉXICO MUTILADO” es que es un libro escrito con rabia, no es un libro académico, no es un libro visto a la distancia, es un libro escrito con rabia. ¿Está escrito con rabia de verdad?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Está escrito con mucho coraje, la percepción es correcta, lo escribí con mucho coraje y después de cuatro meses de haberlo concluido pensé que la catarsis había sido suficiente para descansarme, y creo que tengo todavía mucho acumulado no he podido superar todo el coraje que tengo, porque desde chiquito, desde la escuela, cuando los maestros nos decían, y los norteamericanos nos despojaron de nuestros territorios, y nos robaron Texas, nos robaron California, nos robaron Nuevo México, porque éramos un país débil, porque éramos un país indefenso, desde entonces ahí se incubó el coraje.

    SERGIO SARMIENTO: Y tú lo que planteas aquí es, sí es un despojo, por supuesto, pero en buena medida la responsabilidad es nuestra. Yo creo que ese es el elemento fundamental de esta novela, no sé si así lo pienses tú.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Por supuesto, yo pienso, Sergio, que no existen las culpas absolutas. El que yo en un libro golpee nada más a los norteamericanos y a ellos los acuse de todos nuestros males, como sucede con algunos políticos mexicanos actuales, creo que sería un error. Lo importante del libro es que tiene equilibrio. Y vemos muy bien a los norteamericanos abusivos, movidos, inspirados e impulsados por la divina providencia, se encuentran con un país desordenado, caótico, en donde a la mitad de la guerra se derrocan presidentes, se pone otro presidente, lo derrocan, como si los acontecimientos no fueran suficientes, como si el país invadido por Veracruz, por Monterrey, por Mazatlán, por Acapulco, por todos lados, por supuesto por San Francisco y por Los Ángeles y por Monterrey, no fuera suficiente. En esos momentos todavía nosotros estamos discutiendo cuál es la mejor forma de gobierno, si la centralista o si la federal, cuando el país está invadido.

    SERGIO SARMIENTO: Nos estamos peleando por quimeras, nos estamos peleando por teorías, nos estamos peleando por ideologías y dogmas. No hay mucha diferencia con lo que a veces ocurre ahora.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Exactamente. Cuando estaba yo redactando el libro me di cuenta que estaba pasando lo mismo ahora, que en buena parte si tú cambias nada más el nombre de los personajes, y ya no le pones Polk, le pones Bush, ya no le pones, pues no Santa Anna, no sería el caso, pero sí le puedes poner a la mejor Paredes y Arrillaga con Fox, entonces verás como los nombres cambiándolos nos vamos a percatar que pasa exactamente lo mismo.

    Y veo en el libro, y lo cuento, cómo, cuando los mexicanos hemos estado desunidos, cuando México ha estado dividido, es cuando nos han pasado las peores calamidades.

    SERGIO SARMIENTO: Uno de los personajes centrales de tu novela es claramente Antonio López de Santa Anna. Es un personaje que sigue generando de alguna forma controversia, a pesar de que ha pasado tanto tiempo desde aquel momento en que estuvo a cargo de la Presidencia de la República de manera sucesiva, porque lo hizo en varias ocasiones. ¿Cuál es tu visión ya histórica cuando ves a Antonio López de Santa Anna?
    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Bueno, veo a un hombre que, como todo en la vida, no es un claroscuro. Yo te diría que es un hombre con muchas cualidades y un hombre con inmensos defectos.

    SERGIO SARMIENTO:
    Fue un hombre de gran carisma, de gran atractivo físico, le gustaba a las mujeres, le gustaba a la gente, la gente lo seguía, la gente sentía que en él había un líder. ¿No es cierto?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Así es, con él había un gran líder, tan gran líder que regresa once veces a la presidencia.

    SERGIO SARMIENTO: Nada más.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Nada más. Pero regresa aún después de haber perdido la guerra, aún después de cuando se firman los Tratados de Guadalupe-Hidalgo, en 1848, y él huye y se refugia en Colombia, en la casa de Simón Bolívar, después, cinco años después lo vuelven a traer, después de que perdimos Texas, California, Nuevo México, todos estos dos millones de kilómetros cuadrados, lo vuelven a traer, porque era un hombre simpático, magnético, atractivo, sugerente, era un gran bailarín, era un hombre muy simpático, era un seductor profesional que sabía que tenía un gran arrastre con las masas. Yo te diría que fue el primer gran populista mexicano.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Qué tanto hay de responsabilidad personal en él?, y yo sé que en la historia es muy difícil asignar responsabilidades personales, ¿pero qué tanto ves tú una responsabilidad personal en esta mutilación que México sufrió a mediados del siglo XIX?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Veo una responsabilidad personal grave. Cuando, por ejemplo, él manda a su propio embajador, al embajador Alejandro Atocha, que no se registra claramente en la historia de México, y lo manda a parlamentar con el presidente de los Estados Unidos, con el presidente James Polk, y le dice Atocha, de parte de Santa Anna, le llama la atención por la manera como está conduciendo la guerra, y le dice: quiero que sepa que el general Santa Anna se opone a la manera como está usted conduciendo la guerra en contra de México, mientras no tome usted Tampico, mientras no tome usted Monterrey, mientras no tome usted Veracruz...

    SERGIO SARMIENTO: Eso parece absurdo.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Parece absurdo.

    SERGIO SARMIENTO: Era asesor de su enemigo.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Asesor de su enemigo, cambio de 30 millones de dólares.

    SERGIO SARMIENTO: Hay una traición abierta.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Hay una traición abierta. Entonces, cuando tú dices, ¿y de dónde salió esto?, está en el diario del presidente Polk, el presidente Polk todas las noches escribía en su diario las visitas que recibía y los detalles de la jornada de trabajo. Y ahí consta. “Hoy recibí a Alejandro Atocha, y Alejandro Atocha me vino a regañar, a llamar la atención por la manera como estoy conduciendo la guerra. Yo no le creí a Atocha, porque nunca pensé que existiera un sujeto tan venal como Santa Anna para traicionar así a su país. Como no le creí, yo mandé a mi propio embajador a parlamentar con Santa Anna, para que Santa Anna le ratificara a mi propio embajador todos y cada uno de los puntos que Atocha me había planteado a mí; entonces tuve una segunda fuente para comprobar esta realidad”. Porque Alexander Slidell McKenzie, que fue el embajador de Polk para parlamentar con Santa Anna, confirma todos y cada uno de los puntos que Atocha le plantea a Polk.

    Entonces ahí hay una responsabilidad personal clara, gravísima.

    SERGIO SARMIENTO: Ahora, tú también planteas una responsabilidad de ciertas instituciones. Una de ellas es la iglesia católica. ¿En qué tuvieron responsabilidad en este caso, en esta mutilación de México?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Mira, no nos cuenta la historia la verdad. Nos engañaron y nos han seguido engañando hasta la fecha, y nos seguirán engañando porque hay muchos intereses inconfesables en todo esto. Pero, por ejemplo, hay dos embajadores también norteamericanos, que uno se llama *Janet Stones, que es una mujer, y otro se llama *Moses Bich, ellos dos vienen a parlamentar con la iglesia católica mexicana de parte del presidente de los Estados Unidos. Y entonces la iglesia mexicana, que estaba harta de estar financiando guerras, no perdamos de vista que la iglesia católica mexicana en el siglo XIX tenía cuatro o cinco veces más ingresos que el propio gobierno federal, no perdamos de vista de cobraba impuestos, que cobraba el diezmo, que tenían sus propios tribunales, que tenían su propia policía secreta, sus cárceles clandestinas, tenía y gozaba del fuero, los tribunales civiles no podían juzgar a ningún sacerdote.

    Estaban hartos de estar financiando los levantamientos. Entonces, conociendo este distanciamiento que había entre la iglesia católica y el ejército mexicano, que necesitaba el dinero de la iglesia para financiar la guerra, lo aprovecha el presidente Polk. Y estos dos embajadores, Bich y Stones entonces llegan a un pacto que consiste en lo siguiente: el ejército norteamericano se compromete a no tocar ni un quinto del patrimonio de la iglesia católica mexicana, se compromete a respetar el ejercicio del culto en México, siempre y cuando la iglesia católica mexicana a su vez se comprometa a convencer a la feligresía que atentar en contra de la vida o de integridad física de un soldado norteamericano equivale a la comisión de un pecado mortal, y este pecado mortal tendrá como consecuencia la excomunión y, por lo tanto, pasar la eternidad en el infierno.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Era toda la iglesia o era nada más la jerarquía?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: La jerarquía más elevada es la que logra esto, y es la que logra también que la ciudad de Puebla, por ejemplo, se rinda sin disparar un solo tiro.

    SERGIO SARMIENTO: Hubo otros traidores, hablas de un tal Manuel Domínguez, no sé si sea un personaje histórico o es un personaje ficticio.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Histórico.

    SERGIO SARMIENTO: Platícame de él.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Manuel Domínguez encabeza una compañía que se llamó “The mexican spy company”...

    SERGIO SARMIENTO: Hasta el nombre me pareció que era como difícil de creer, “La compañía mexicana de los espías”, pero además en inglés.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Sí, se llamaba así, “The mexican spy company”, “La compañía mexicana de espionaje”, es difícil de creer, pero tampoco nunca nos lo contaron en la historia. Esta compañía es una compañía que crea, que funda el ejército norteamericano encabezado por Scott, la fundan en Puebla y fundamentalmente está integrada por poblanos, cerca de 250 poblanos eran espías contratados por el ejército norteamericano para espiar en los cuarteles mexicanos de Santa Anna. Ellos entonces espiaban y sabían por dónde tenía pensada la defensa Santa Anna, cuántos cañones contaba, cuáles eran las municiones que tenía, cuántos soldados tenía, cuántos eran los de la caballería, cuántos lanceros, todo lo que era la estrategia defensiva del ejército mexicano era espiada por estos poblanos integrantes de esta compañía de espionaje. Yo tuve acceso, digamos, inclusive a las nóminas del ejército norteamericano en donde constaba cuánto le pagaban a cada uno de los espías poblanos.

    SERGIO SARMIENTO: De hecho ahora que hablas de que tuviste acceso a las nóminas, una de las cosas que es evidente en la lectura del libro es la gran cantidad de material histórico que utilizaste para eso. ¿Por qué no hacer un libro histórico, en lugar de una novela, te atraen más tratar estos temas en una narración novelada?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Mira, en primer lugar, me gusta mucho mi profesión como escritor y como novelista. Pero si yo de este libro, de “MÉXICO MUTILADO”, hubiera hecho un ensayo histórico, a la mejor se hubieran vendido 2 mil o 3 mil ejemplares, y esta información, estas conclusiones, estas revelaciones a las que yo tuve acceso se hubieran quedado reducidas a un grupo muy reducido de especialistas.

    SERGIO SARMIENTO: Tengo entendido que se ha vendido bastante más que esos 2 mil o 3 mil, ¿qué cifras tienes de ventas hasta este momento?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Estamos aproximadamente, en cuatro meses que salió el libro, en 115 mil ejemplares vendidos.

    SERGIO SARMIENTO:
    Impresionante. No es común eso en México, es absolutamente inusitado, ¿no es así?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Es completamente inusitado, pero eso de lo que te habla es de la gran curiosidad que tiene el público por conocer la cara oculta de la historia.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Cuáles fueron tus fuentes?, aquí hay muchas fuentes que son claramente originales, es una novela que tiene una gran cantidad de datos históricos, de hecho a veces es hasta abrumador el monto de datos históricos que uno encuentra. Cuáles fueron tus fuentes, dónde hiciste tu investigación, cómo fuiste forjando esta narrativa que tiene tanto de histórico?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Estuve, por supuesto, en el Archivo General de la Nación, estuve en la Hemeroteca Nacional, estuve en el archivo de Relaciones Exteriores, estuve también en archivos en la Universidad, en Austin, en San Antonio, en Washington y en Londres.

    SERGIO SARMIENTO: Tienes el de la Universidad de Texas, que dicen que es una de las bibliotecas sobre temas mexicanos más importantes que hay.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Yo creo que es la más completa que existe.

    SERGIO SARMIENTO: ¿En el mundo?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: En el mundo.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Más que en México?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Yo te diría que sí. Y a la mejor vale la pena hacer un pequeño paréntesis, que muchos de esos libros fueron aportados o donados por mexicanos que tenían la duda de que si sus bibliotecas las donaban al gobierno mexicano, esa biblioteca pudiera ir a dar a manos de un secretario de Educación inmoral, y que su biblioteca no quedara al servicio o al alcance de los mexicanos, y por eso prefirieron donarla a las bibliotecas norteamericanas, y perdimos un patrimonio maravilloso con todo esto.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Cuántos años le dedicaste a la investigación y redacción de este libro?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Fueron ocho años, Sergio, ocho años de trabajos, no constantes, porque hice otro libro mientras tanto...

    SERGIO SARMIENTO: “MÉXICO SECRETO”.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: “MÉXICO SECRETO”, pero sí fueron ocho años de trabajo. Porque fue para mí muy importante, por ejemplo, estudiar los reportes que hacían los embajadores europeos, inclusive los norteamericanos, hacia sus países de origen, y donde contaban lo que a su juicio estaba sucediendo en México. Para mí fue una fuente muy importante de información, que la crucé con lo que decían los historiadores mexicanos y otros historiadores ingleses y franceses.

    SERGIO SARMIENTO: Yo sé que es un éxito de ventas, yo sé que has vendido más de 115 mil libros, yo sé que es uno de los libros más exitosos en las librerías mexicanas de los últimos años, ¿pero vale la pena todo ese tiempo, desde el punto de vista incluso financiero, vale la pena todo ese tiempo que le dedicaste, toda esa investigación, son las regalías de un libro así suficientes para compensar un trabajo de tanto tiempo?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: No, la verdad no. Si pensaras, por ejemplo, que hay libros que se venden, no sé, 17, 18 millones de ejemplares...

    SERGIO SARMIENTO: En otros países.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: En otros países, pero en nuestro país no vendes 18 millones ni siquiera de unidades de penicilina, es difícil vender una cifra así. Entonces financieramente no es un gran negocio, sobre todo si tomas en cuenta que fueron tantos años de investigación.

    SERGIO SARMIENTO: A eso me refiero, porque claramente está la investigación de manifiesto a todo lo largo del libro.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Y que tuviste que hacer muchos viajes, y que tuviste que invertir en libros, bueno, es mucho tiempo de pasividad financiera, entonces como negocio no es.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Por qué lo haces, por qué sigues escribiendo, cuando finalmente puedes tener trabajos en los medios, puedes tener muchas otras formas de tener una vida más rentable, un trabajo más rentable, que dedicarte tanto tiempo a escribir un libro?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Eso es muy cierto, Sergio, pero lo que pasa es que si hiciera eso no estaría en posibilidades de satisfacer mi necesidad de decir. Y si yo no satisfago mi necesidad de decir, ya lo viví a lo largo de mi vida, la sangre se me convierte en veneno, y me convierto en un sujeto intratable.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Qué edad tenías cuando escribiste tu primer libro, cuando publicaste tu primer libro?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Cuando lo publiqué tenía 39 años.

    SERGIO SARMIENTO: Ya eras mayorcito.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Ya era mayorcito. Bueno, porque durante muchos años me dediqué, con mucho éxito, a traicionarme y por eso es que...

    SERGIO SARMIENTO: ¿A traicionarte por qué?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Porque yo no estaba haciendo lo que yo quería hacer, yo era funcionario en la Secretaría de Hacienda, trabajaba en la Secretaría de Hacienda, quería gozar de aceptación social y familiar, hasta que vi que todo esto se me estaba revirtiendo y me estaba convirtiendo en un energúmeno. Entonces dije, me voy dedicar a escribir porque es lo que yo siempre he querido. Me ayudó mucho una frase de Henry Miller, cuando le preguntan a él...

    SERGIO SARMIENTO: Un gran escritor estadounidense, que vivió de hecho en Inglaterra buena parte de su vida, perdón, estoy pensando en Henry James, no, escritor estadounidense que vivió en Francia, el escritor de temas eróticos.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Exactamente. Cuando él tenía 85 años le preguntan, ¿qué consejo le daría usted a la juventud? Y entonces Henry Miller contesta: yo les diría, escucha tus voces internas y respétalas, antes de que te conviertas en un don nadie con éxito.

    SERGIO SARMIENTO: “Antes de que te conviertas en un don nadie con éxito”.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Y dije, yo no quiero ser un don nadie con éxito, en caso de que llegue a tener éxito, no quiero ser pedante, pero dije, no, por ahí no es. Y por eso renuncié a todo y me dediqué a escribir.

    SERGIO SARMIENTO:
    ¿No fue muy difícil desde el punto de vista financiero, sobre todo mientras empezaste a recibir regalías? Además nunca tiene uno certeza de que un libro vaya a tener éxito.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Así es. Sí fue muy difícil, paguéiero, en el terreno familiar...

    SERGIO SARMIENTO:
    Además tu esposa también es escritora.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Mi esposa también es escritora y le ha ido muy bien también. Entonces estamos contentos, lo que cuenta precisamente es que estés en paz contigo mismo, y yo no estaba en paz conmigo mismo. Ahora lo estoy.

    SERGIO SARMIENTO: Antonio López de Santa Anna es un personaje que no deja de generar controversia, de admirarme. Y uno de los puntos, uno de los pasajes que aquí mencionas es aquella relación amorosa que tuvo con esta chica mulata, aquí tengo el nombre, Emily Morgan, antes de la batalla de San Jacinto, cuéntanos un poco de esta relación que tuvo, lo que significó en términos históricos.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Cómo no. No perdamos de vista que Santa Anna venía en 1836 de El Álamo, después de haber tomado la fortaleza de El Álamo...

    SERGIO SARMIENTO: Con una salvajería enorme, con una gran violencia.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Con una gran violencia.

    SERGIO SARMIENTO: Que fue lo que unió a los texanos en contra de Antonio López de Santa Anna.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Y fue precisamente la trampa que le puso Houston. Houston dijo, Sam Houston, en la misma en que Sam Houston pensaba que si Santa Anna mata a todos los que están en El Álamo, los texanos se van a unir como un solo hombre, y no solamente los texanos, los norteamericanos en general, porque van a decir que fue un acto cobarde y vandálico.

    Cuando venía de ahí, en busca de Sam Houston precisamente, al cruzar el Río San Jacinto él podía ver inclusive con su catalejo todo lo que era el campamento de Sam Houston. Entonces quería cruzar lo más rápido posible el Río San Jacinto, y lo cruza, pero cuando lo cruza la Barquera, que era una mulata preciosa que se llamaba Emily Morgan, conocida después como “The yellow rose of Texas”...

    SERGIO SARMIENTO: Es una canción muy famosa.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Es una canción famosísima en Estados Unidos.

    SERGIO SARMIENTO: En Texas.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: En Texas. Entonces él se enamora de esta mujer al extremo de que cuando cruza el Río San Jacinto él dice, aquí acampamos, pongan mi tienda de campaña aquí. Y sus generales le dicen, con un gran talento militar, le dicen, mi general Santa Anna, lo primero que nos enseñaron en la escuela militar es que dejáramos siempre cubierta la retaguardia, si nosotros acampamos aquí, a espaldas del Río San Jacinto, por la precipitación que usted tiene, y nos ataca el general Houston...

    SERGIO SARMIENTO: Por la precipitación que tiene usted con la mulata.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Con la mulata. Y los norteamericanos nos atacan por el frente, nos van a masacrar, porque no vamos a poder nadar ni cruzar el río, o nos vamos a ahogar o nos van a matar a tiros. Y él toma algunas precauciones, desde luego insuficientes, una de ellas es mandar enfriar champán en el Río San Jacinto, estamos hablando del mes de abril, y él quiere que se enfríen ahí sus botellas, y manda que pongan toda su tienda de campaña, con su catre, manda a pedir su piano que tenía, manda a llamar al pianista ciego que tenía, probadamente ciego, porque él lo que quería era...

    SERGIO SARMIENTO: Tener cierta privacía.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Cierta privacidad, que el pianista pudiera escuchar lo que quisiera, pero que no pudiera ver nada, y a él lo que le gustaba era oír música mientras estaba con mulatas como Emily Morgan. Efectivamente, Emily Morgan se da cuenta de las intenciones de Santa Anna, porque le dice, tú ya no te muevas de aquí, ya cruzaste muchas veces el río, te ves muy cansada, te conviene un baño con agua caliente. Y antes de todo esto ella le dice a su segundo, vas y le dices a Sam Houston que yo me voy a ocupar de tener mañana distraído al general Santa Anna, al presidente de México, lo voy a tener distraído y que él pueda atacar tranquilamente al filo de las once o doce mañana, que si tiene alguna duda que lo vea él también con su catalejo, que lo compruebe y que ataque sin piedad.

    Y, efectivamente, le dice a Sam Houston, y Sam Houston al día siguiente, mientras Santa Anna está digamos descansando, en la escuela siempre nos dijeron que fue “la siesta de San Jacinto”, y no estaba precisamente en una siesta...

    SERGIO SARMIENTO: No estaba dormido digamos.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: No estaba precisamente dormido. Y en ese momento empiezan a entrar los tiros del ejército texano por la tienda de campaña. Y, claro, a Santa Anna lo descubren en esta coyuntura y sale aterrorizado, y es la primera vez en la historia de México que aprehenden, que hacen preso a un presidente de la República, lo arrestan al presidente mexicano.

    SERGIO SARMIENTO: Bueno, ya le había robado el corazón la mulata.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: De eso no hay duda de que así sucedió.

    SERGIO SARMIENTO:
    Háblanos un poco acerca de la toma de la Ciudad de México. Mucho se habla de la existencia o no existencia de los niños héroes, de lo que hicieron, de lo que no hicieron, ¿qué tenemos de eso, qué has podido averiguar de eso?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Efectivamente, fueron cadetes, yo te diría, los niños héroes está bien para la glorificación, me gusta el concepto, pero en realidad eran cadetes jóvenes, la mayor parte de ellos de menos de 18 años de edad, que tuvieron un gesto heroico que consistió en decir: aquí nos vamos a quedar, a sabiendas de que los podían matar o los podían hacer presos, pero el gran riesgo era de que los pudieran matar. Y se quedan. Ahí es donde la Ciudad de México cae, y lo más importante...

    SERGIO SARMIENTO: Fue el último reducto.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: El último reducto, la última batalla, y estos hombres, claro que después nos dicen que si se tiró con la bandera, que si no se tiró con la bandera...

    SERGIO SARMIENTO: Que parece que eso no tuvo lugar.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Eso no existió.

    SERGIO SARMIENTO: Francisco Martín Moreno, se nos ha acabado el tiempo, yo quiero agradecerte el habernos traído tu libro “MÉXICO MUTILADO” y el habernos contado, con este sabor con el que tú sabes contar las cosas, algo de por qué México perdió la mitad de su territorio a mediados del siglo XIX.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Me parece importantísimo que conozcamos este pasaje de la historia para que los mexicanos no volvamos a repetir precisamente la historia.

    SERGIO SARMIENTO: Como decía Jorge Santayana.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Exactamente.

    SERGIO SARMIENTO: Y a usted, amigo televidente, que hace posible este programa, se lo agradezco también. Eso es todo por hoy, pero no se le olvide, nos vemos la próxima.
     
    .
  4. hotbabe
     
    .

    User deleted


    Ya les habìa recomendado "El perfume" ahora les recomiendo la pelìcula està impresionante, no se la pierdan.
     
    .
  5. enlasnubes
     
    .

    User deleted


    Os recomiendo el último que lei (pos me resultó mu entretenido): El hombre en el castillo (philip K. dick)
     
    .
  6. ~Leo~
     
    .

    User deleted


    “MÉXICO ANTE DIOS”



    VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA ENTREVISTA CONCEDIDA POR FRANCISCO MARTÍN MORENO, ESCRITOR, AL PERIODISTA SERGIO SARMIENTO, CONDUCTOR DEL PROGRAMA “LA ENTREVISTA CON SARMIENTO”, DE TV AZTECA.

    Invitado: Francisco Martín Moreno
    México, D. F., 2 de febrero de 2007

    SERGIO SARMIENTO: Hola amigos, qué tal, sean ustedes bienvenidos a La Entrevista. Hoy está con nosotros Francisco Martín Moreno, él es escritor y acaba de publicar este libro que tengo aquí conmigo, que se llama “MÉXICO ANTE DIOS”.

    Todos los mexicanos sabemos que la iglesia católica ha tenido un papel muy importante en nuestra historia, pero yo creo que ni siquiera nos imaginábamos el papel que esta iglesia ha desempeñado en la historia de México, si no hemos leído este libro, “MÉXICO ANTE DIOS”.

    Francisco Martín Moreno, quien es autor de muchos libros que usted seguramente conoce, entre ellos “MÉXICO NEGRO”, “MÉXICO SEDIENTO”, “LAS GRANDES TRAICIONES DE MÉXICO”, “MÉXICO SECRETO” y “MÉXICO MUTILADO”, acaba de publicar este libro, “MÉXICO ANTE DIOS”, que nos ofrece una visión de la historia de México durante el siglo XIX, una visión en que la iglesia católica tiene un papel protagónico.

    Yo quiero agradecerte, Francisco Martín Moreno, el estar con nosotros aquí en La Entrevista. En primer lugar, ¿de dónde surge el tema?, es un tema que parecería un tema de un libro de historia o de una disquisición académica, ¿pero por qué una novela sobre la iglesia católica y sobre el México del siglo XIX?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Fíjate, Sergio, que cuando comencé a hacer la investigación de “México negro”, hace 25años, como decía Cervantes, me topé con la iglesia. Pero me di cuenta que en ese momento incluir digamos una serie de hechos históricos muy importantes estaba fuera del contexto de “México negro”, y así me pasó con mis libros subsecuentes. Pero fui archivando la información, la fui guardando, yo sabía que algún día tendría la información suficiente como para hacer un libro. Y hace tres años, repasando en mis archivos, y releyéndolos, me di cuenta que tenía una información riquísima ya de todo el siglo XIX que bien valía la pena de escribir precisamente esta novela de “México ante dios”.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Por qué en la forma de novela? Yo sé que eres un novelista, que lo tienes dentro del corazón, pero está tan documentada la novela, hay tanta información histórica que uno puede pensar, bueno, ¿y por qué no directamente una historia?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Mira, yo lo que quiero es fundamentalmente divulgar la historia de México. Si yo hubiera hecho de “MÉXICO ANTE DIOS” un ensayo de 400 hojas, se hubiera quedado reducido este texto muy probablemente a un grupo especializado de historiadores. Yo no soy historiador, ni me jacto de ello ni nada por el estilo. Entonces dije, si lo que quiero es divulgar la historia tengo que volver a mi trabajo tradicional, que es la novela. A través de la novela yo puedo respetar perfectamente bien el hilo histórico, pero sí, por ejemplo, hacer pasajes románticos, pasajes eróticos, hacer una serie de elucubraciones en relación a cómo se pudo haber dado un acontecimiento histórico que fue válido, inventar personajes para poner en boca de ellos pasajes también que fueron importantes, hechos históricos. Utilizo personajes ficticios para contar hechos reales.

    SERGIO SARMIENTO: La gente dice, o los intelectuales dicen que en México no se lee. Sin embargo, novelas tuyas como “MÉXICO NEGRO”, o esta misma “MÉXICO ANTE DIOS”, han tenido un éxito de ventas muy importante. No sé si nos puedas compartir las cifras que tengas hasta ahora de “MÉXICO ANTE DIOS” o las que has tenido con otros de tus libros.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Claro, encantado, Sergio. Mira, este “MÉXICO ANTE DIOS” que salió a finales de noviembre precisamente, pues ya llevamos vendidos 120 mil ejemplares.

    SERGIO SARMIENTO: 120 mil ejemplares, esas son cifras de país desarrollado.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Son cifras de país desarrollado y te habla, Sergio, de la gran curiosidad que tienen los lectores de conocer la cara oculta de la historia. La gente sabe que nos han engañado.

    SERGIO SARMIENTO: Pero también te dice algo muy interesante, es que la gente sí quiere leer, siempre y cuando tenga libros que sienta que le son accesibles, ¿no es así?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Entendibles y que además, no sé, que sepas contar la historia sin complicaciones, sin palabras domingueras ni complejas, que tengan que hacer que el lector tenga que en cada página ir a consultar el diccionario, y acabes por hartarlo. Entonces mejor un lenguaje llano, un lenguaje muy nuestro, muy coloquial, muy sabroso. Es cuando creo yo que el mensaje llega. Yo lo que quiero es mandar mi mensaje, no que se quede reducido a un grupo de expertos.

    SERGIO SARMIENTO:
    ¿Te puedo preguntar “MÉXICO NEGRO” cuánto vendió?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: “MÉXICO NEGRO” cumple ahora en abril 21 años y estamos ya en 370 mil ejemplares vendidos.

    SERGIO SARMIENTO: Platícanos ahora de la iglesia católica. Tú presentas una visión muy crítica de la iglesia católica, de hecho la consideras una de las razones del atraso de México en el siglo XIX y también por supuesto en la historia contemporánea. ¿No te parece que has sido muy duro con la iglesia católica?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Al contrario, Sergio, creo que fui lo suficientemente claro en mis conceptos, y puedo probarlos, en el libro están las fuentes, para que quien quiera comprobar lo que estoy diciendo lo pueda hacer, en los archivos, en las fuentes primarias, en las fuentes secundarias, en hemerotecas, en librerías de viejo, en bibliotecas, en el Archivo General de la Nación, ahí están las fuentes. Yo creo que sí hice un trabajo medianamente objetivo para dejar en claro cuál fue el papel de la iglesia católica en el siglo XIX, una institución siniestra que impidió que pusiéramos una piedra encima de la otra. Tan pronto la iglesia católica vio amenazados sus privilegios o sus bienes convocó a la guerra. Vemos, por ejemplo, nombres como el de Matías Monteagudo, que fue el padre de la independencia de México.

    SERGIO SARMIENTO: ¿El padre de la independencia de México, no fue Miguel Hidalgo el padre de la independencia de México?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Eso fue lo que nos dijeron en la escuela, pero si te pones a ver que el padre de la independencia de México se levanta en armas en septiembre de 1810, para junio del año siguiente...

    SERGIO SARMIENTO: Ya está fuera del panorama.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Ya lo habían fusilado, y la independencia se consuma hasta 1821, entonces dices, bueno, llevaba diez años de muerto el padre Hidalgo cuando se consuma la independencia. Pero además no olvidemos que el padre Hidalgo en aquella madrugada de 1810 sale y grita, “¡mueran los malos gobiernos, viva Fernando VII!”.

    SERGIO SARMIENTO: O sea, que no estaba buscando la independencia de México.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: ¿Cómo vas a suponer que busca la independencia de México cuando grita “viva el rey de España”. Esto no puede ser. Entonces el padre de la independencia es Matías Monteagudo, porque él es el que, dándose cuenta de que se está aplicando finalmente la legislación de Cádiz, que implica en España la pérdida de privilegios y la pérdida de bienes para la iglesia católica española, él se da cuenta que si él no corta con España, esta legislación se va a aplicar también en todas las colonias españolas. Y él dice, nosotros no podemos permitir que la iglesia católica mexicana, o de La Colonia, corra la suerte de la peninsular, rompamos con España, y es cuando inventan a Iturbide. Iturbide es un invento de la iglesia católica, tan fácil como eso.

    SERGIO SARMIENTO: Después vienen tiempos turbulentos, Iturbide pierde la corona, vemos a Guadalupe Victoria, a Vicente Guerrero, en fin, los distintos dirigentes que habían surgido de la revolución de independencia, ¿qué papel desempeña la iglesia en esos primeros años de forja de la nación mexicana?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Son muy importantes, Sergio, porque no nos lo dicen tampoco en la escuela, que en 1835 el clero deroga la Constitución federal de 1824, y no solamente deroga la Constitución del 24, sino derrocan al gobierno de Gómez Farías, y no solamente ello, vemos a una iglesia...

    SERGIO SARMIENTO: ¿Directamente la iglesia católica?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Directamente la iglesia católica, porque no estaba de acuerdo con todas las disposiciones liberales del vicepresidente Gómez Farías, y es cuando van a ver a Santa Anna a Manga de Clavo para pedirle que él, en su carácter de presidente, deponga al presidente en funciones, que era don Valentín Gómez Farías. Entonces derrocan al gobierno de Gómez Farías.

    SERGIO SARMIENTO: Ahora, ¿no es lógico que alguien defienda sus intereses o que una institución como la iglesia católica defienda sus intereses?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Todo tiene un límite, cómo los defiendas. Cuando tú ves, por ejemplo, que en febrero de 1858 el arzobispo Lázaro de la Garza y Ballesteros, en una de las misas, en una homilía, dice: hijos míos, tenéis que salir a matar liberales, porque en la medida en matéis liberales estaréis más cerca de la exoneración total, de la indulgencia plenaria y más cerca del paraíso para vosotros y para quienes se apelliden como vosotros.

    SERGIO SARMIENTO: No parece haber una gran similitud entre esto y el mensaje de Jesucristo, ¿verdad?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Por supuesto que no, yo quisiera imaginarme la cara, ahora que tocas el tema Sergio, imaginarme la cara de Jesucristo si hubiera llegado a bajar a los sótanos de la Santa Inquisición aquí en el centro de la Ciudad de México, atrás de Catedral, donde estaba la sala de tortura de suplicios de la Santa Inquisición, donde torturaban a los fieles, bueno, a los infieles, y donde cometían todo tipo de atropellos, hasta deshuesar a la gente viva, por supuesto, qué cara hubiera hecho Jesús de ver estas torturas indignas.

    SERGIO SARMIENTO: Viene después de los tiempos de Antonio López de Santa Anna, viene la Guerra de Reforma. Cuéntanos qué ocurre y qué papel desempeña la iglesia.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Te diría que, como un breve paréntesis antes que esto, la guerra en contra de Estados Unidos...

    SERGIO SARMIENTO:
    La de 47.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: La de 47. Ahí nos encontramos con una iglesia que pacta con el ejército norteamericano un pacto vergonzoso, ignominioso, en donde decía: el ejército de Estados Unidos –imagínate el pacto se compromete a respetar el patrimonio y el culto de la iglesia católica mexicana, siempre y cuando la iglesia católica se comprometa a convencer a los feligreses de que atentar en contra de la vida de un soldado norteamericano equivale a la comisión de un pecado mortal que tendrá como consecuencia la excomunión y pasar la eternidad en el infierno. Ahí tienes a la iglesia católica otra vez entregada en los brazos del invasor, un ejército que viene a mutilar a nuestro país.

    SERGIO SARMIENTO: Y eso que era un ejército formado principalmente por protestantes en aquel entonces.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Esa era su preocupación, como eran protestantes, dijeron, estos protestantes que vienen van a acabar con la religión católica, nos van a expropiar nuestros bienes y se va a acabar el predominio católico en México.

    SERGIO SARMIENTO: Por eso hay ese pacto.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Por eso hay ese pacto. La iglesia dice, está bien, si tú te comprometes a no tocar mi patrimonio ni el culto, entonces nosotros nos comprometemos. Por eso la guerra la pierde México también, no solamente por las traiciones de Santa Anna y por la insuficiencia militar, sino la pierde a través del discurso que da el clero católico en los púlpitos a mitad de la guerra. Ahí tienes la rebelión de los polkos, una rebelión que organiza el clero católico cuando Santa Anna está luchando en el norte del país. En ese momento, aprovechando esa coyuntura, es cuando le dan otro golpe de Estado al vicepresidente Gómez Farías.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Fue la Guerra de Reforma el triunfo en contra de la iglesia católica, el triunfo de los liberales realmente, sí hay una disminución de la influencia de la iglesia católica en ese momento?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Sí, por supuesto, que pero es interesante que los grandes triunfadores de la guerra, que fueron, como tú bien dices, pues el 95 por ciento del ejército liberal era católico.

    SERGIO SARMIENTO:
    Bueno, el propio Benito Juárez era católico.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Era católico, y muchos de los liberales mexicanos del siglo XIX la mayoría eran católicos, y el ejército liberal es un ejército católico.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Cómo combinaban este catolicismo personal con su lucha contra la iglesia católica?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Sabían dividir muy bien, Sergio. Estos hombres liberales y este ejército liberal mexicano que finalmente derrota al ejército clerical, no conservador, clerical, porque la iglesia financia la Guerra de Reforma sin duda alguna, bueno, ellos sabían distinguir muy bien entre su religión, entre dios, sus deidades, sus creencias espirituales, sabían distinguir muy bien entre eso y lo que era el papel que desempeñaban. El papel que representaban los representantes de dios aquí en la Tierra, sabían que estos representantes se equivocaban, los veían exhibirse con sus lujos, con su poderío, una iglesia que era propietaria del 65 por ciento de propiedad inmobiliaria del país, que tenía cárceles clandestinas, que tenía ejércitos secretos, que tenía sótanos de tortura, que tenía fincas urbanas, fincas rurales, haciendas, ganaderías, y que toda la riqueza la acaparaba la iglesia, porque las utilidades de la iglesia las capitalizaba dentro de la iglesia, sin ningún beneficio social.

    SERGIO SARMIENTO:
    Hay quien dice que la Ley de Desamortización de los Bienes Eclesiásticos fue un robo a propiedades de la iglesia, porque finalmente, dicen, mal o bien eran propiedades de la iglesia católica. ¿Qué piensas tú?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Por supuesto que no. La Ley de Desamortización de los Bienes del Clero, que suena así muy compleja, no fue sino una instrucción, una orden que da el presidente Comonfort, a través de Miguel Lerdo de Tejada, era la posibilidad que le daban a la iglesia de que vendiera sus bienes a un buen precio, sus haciendas, su patrimonio, sobre todo la parte inmobiliaria, para venderla y que ese patrimonio pasara a manos de la sociedad. La sociedad le compraba, nunca hubo expropiación en esto, simple y sencillamente se daba la posibilidad de vender, y que esos recursos que tuviera por la venta de sus bienes los pudiera utilizar en otras cosas. Pero se negaron también a eso.

    SERGIO SARMIENTO: O sea, no fue un robo de las propiedades de la iglesia.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Nunca, porque les dijeron, la ley no era más que ordenarles a vender sus bienes y que se quedaran con el dinero, pero que los bienes pasaran a manos de la sociedad.

    SERGIO SARMIENTO:
    Muchos de esos bienes simple y sencillamente se pasaron a nombre de prestanombres, ¿no es así?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Muchos también, sí, y muchos agiotistas también compraron. Y, bueno, lastimaba también a la propiedad indígena, porque fue un error de Lerdo de Tejada en ese caso, Juárez enmienda el error, ya luego no hay ese problema. Pero desde luego que no hay ninguna expropiación. Juárez es el que dicta la expropiación, emite las Leyes de Reforma a mitad de la guerra. La inmensa mayoría de los mexicanos piensa que la guerra de Reforma estalla como consecuencia de la promulgación de las Leyes de Reforma, pero la guerra estalla en enero de 1858, y Juárez emite las Leyes de Reforma en julio de 1859, llevaba ya un año y medio la guerra de Reforma cuando Juárez emite las Leyes de Reforma.

    SERGIO SARMIENTO: Como una forma de quitarle los recursos a quien estaba financiando al enemigo.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Exactamente. Es cuando Juárez dice, si yo expropio los bienes del clero y digo que todos los contratos que firme la iglesia católica con la banca internacional son nulos, entonces ya verán si la banca internacional le va a prestar dinero a la iglesia, a sabiendas de que cuando gane Juárez la guerra va a ignorar esos tratados y va a decir, estos bienes son propiedad del gobierno mexicano, estaban ustedes advertidos y, sin embargo, firmaron contratos. Entonces fue una medida genial de Juárez, y sobre todo de Melchor Ocampo.

    SERGIO SARMIENTO: Después de la Guerra de Reforma vemos la Intervención Francesa y el Imperio de Maximiliano. Cuéntanos del papel de la iglesia.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO:
    Los trajo de la mano, Sergio. Cuando la iglesia católica pierde la Guerra de Reforma ante el ejército católico liberal. Entonces dice el clero, nosotros no nos vamos a quedar así, ya nos derrotaron, ahora lo que tenemos que hacer es ir por el primer ejército del mundo, entonces traen al ejército francés, que era de los primeros ejércitos del mundo. Y claro que le ganan a mi general Zaragoza, bueno, él gana la primera batalla, pero después el ejército liberal obviamente pierde, Juárez no tenía recursos ni nada, pero hay que ver la cara de mi general Zaragoza cuando atacan los franceses en el fuerte de Juárez y Loreto, cómo él ve que son franceses los que atacan, pero también mexicanos, que era la parte del ejército conservador, del ejército clerical, que se había aliado con los franceses en contra de México. Entonces ellos son los que traen al ejército francés, el clero y también por supuesto las fuerzas conservadoras y retrógradas del país.

    SERGIO SARMIENTO:
    Porfirio Díaz surge del grupo liberal, ¿pero cómo convive él con la iglesia durante sus años de gobierno?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Es muy interesante, después de que Juárez, de que Porfirio Díaz vence a las escasas tropas de Maximiliano y lo fusilan, él tiene...

    SERGIO SARMIENTO: Fusilan a Maximiliano.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Fusilan a Maximiliano, él se queda con el orgullo de haber vencido a Maximiliano y de haberlo conducido al Cerro de las Campanas, y después él es el gran liberal que, como todos sabemos después, viene el Plan de la Noria, viene el Plan de Tuxtepec. En el Plan de Tuxtepec finalmente gana, y con la campaña de la no reelección, y se reelige, como todos sabemos, hasta cansarse. Pero vemos las grandes traiciones de Porfirio Díaz, cuando Porfirio Díaz, cuando la mujer se le está muriendo, y se está muriendo de septicemia, efectivamente, y llaman al arzobispo Lázaro de la Garza y Ballesteros, que había sido también el jefe de la regencia con Maximiliano, fue el que trajo también a Maximiliano a México, otra vez la iglesia católica. Bueno, ahí vemos que se está muriendo esta mujer, ella le pide la absolución, no se la puede dar porque Porfirio Díaz había tenido cinco hijos con Delfina, que a su vez era su sobrina, hija de la hermana de Porfirio Díaz, que se llamaba Manuela. Y le dice, no te puedo casar por el problema consanguíneo. Ella lo convence porque se está muriendo, entonces va a ver al presidente y le dice, si quieres que salve a esta mujer te tienes casar con ella finalmende la Constitución de 1857. ¿Por qué voy a abjurar? Porque el Papa Pío IX dijo que aquél que jurara la Constitución de 1857 por ese solo hecho estaba excomulgado, y tú estás excomulgado, y no puedo casar a un político mexicano, por más que seas el Presidente de la República, no te puedo casar porque estás excomulgado. Y vemos a Porfirio Díaz abjurar a la Constitución de 1857, por escrito, Sergio. Y después de ahí hace una serie de pactos vergonzosos con la iglesia, y en la vía de los hechos ya no se aplican las Leyes de Reforma. El gran enterrador del liberalismo mexicano del siglo XIX se llama Porfirio Díaz.

    SERGIO SARMIENTO: Ahora, este libro no es nada más historia, nos hemos concentrado en la historia, pero es una novela, cuéntanos de la novela, de tus personajes.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Hay una historia maravillosa, de un personaje que se llama Valentín Altamirano, que está encerrado en 1891 en una de las mazmorras en San Juan de Ulúa, se está muriendo. Y esa misma noche que él está falleciendo abren la puerta y, como una suerte del destino, meten a un nuevo preso, joven, ahí que se llama Ponciano Prieto. Todos llevan los nombres, como ves, de héroes de la Reforma, y este hombre, Altamirano, le cuenta toda la historia de lo que él había vivido. Claro, le cuenta una historia de amor fascinante, porque una novela histórica que no tiene erotismo, que no tiene romanticismo, que no tiene amor, pasión, pues ya dejó de ser una novela valiosa. Entonces hay una trama amorosa, erótica, muy bonita, muy tierna, doble, porque son dos historias de amor junto con la novela, junto con todo lo que cuenta este viejo moribundo que está en la mazmorra, cuenta su vida. Y también el nuevo preso que acaba de llegar, Ponciano Prieto, también cuenta su vida, cuenta su experiencia amorosa con su mujer. Y entonces, claro, hay un hilo conductor amoroso, romántico, bonito, una historia de amor intensa, feroz también, al igual que la novela. Yo espero que la parte amorosa también tenga la misma altura, la misma tensión amorosa y erótica que tiene la vida política, diplomática y militar en este libro.

    SERGIO SARMIENTO: ¿Te sorprende el éxito del libro, 120 mil ejemplares en unas cuantas semanas?, no es usual en México, ¿te esperabas esta acogida a esta novela?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Pues te podría decir que sí, pero faltaría a la verdad. Nunca, Sergio. Pensé que iba a ser algo que iba a sorprender, pero nunca con estas dimensiones. Y, claro, me da mucho gusto que el libro haya tenido tanta recepción y tanto gusto por conocer todo ello que la gente tenía curiosidad de saber. La gente no sabía que nos habían mentido, sabía que nos habían mentido, pero no sabían cómo o en qué consistían las mentiras, y aquí están consignadas todas las mentiras, o por lo menos una parte de ellas.

    SERGIO SARMIENTO: Este es un libro, una novela muy bien investigada, tiene una enorme cantidad de información. ¿Tienes un equipo de investigación que te ayude a preparar por lo menos la parte histórica de estas obras, de este “MÉXICO ANTE DIOS”?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: No, la verdad no, Sergio, tengo un ayudante, que es valiosísimo, se llama Leonardo Tenorio.

    SERGIO SARMIENTO: Leonardo Tenorio, parece nombre de novela.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Un nombre de novela, sí. Él es un muchacho muy joven, valioso, inteligente, tiene una gran pluma, pero nada más, no tengo a nadie que me ayude, lo hago yo solo. Y, claro, lo que pasa es que tampoco hay un gran presupuesto para la investigación. Por más que se venda el libro pues siempre son muchos años de trabajo en los que tienes que invertir, invertir, y ahora finalmente sí sale pero hay que pagar y pagar. Entonces sí es gratificante, pero no tengo un equipo de trabajo que me ayude, me encantaría tenerlo, la máxima ilusión en mi vida, te la confieso aquí entre tú y yo, es fundar el Instituto Mexicano de la Novela Histórica, y tener los recursos suficientes como para tener diez o quince muchachos o muchachas becarias que cada una o cada uno de ellos escriban una novela histórica, para reescribir toda la historia de México. Esto me encantaría poder hacerlo.

    SERGIO SARMIENTO: Tu esposa, Beatriz Rivas, es también escritora. ¿Cómo le hacen, se encierran cada quien en su cuarto y se ponen a escribir?

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Sí, cada quien está en su cuarto, cada quien trabaja en sus temas, ella en los suyos, yo en los míos, y, claro, cuando nos encontramos los oxigenamos, los discutimos, le cuento yo a ella muchas veces, no sé cómo seguir este paso en la novela, porque tus personajes adquieren dignidad y hay veces que tienes que matar un personaje y no sabes cómo matarlo, y si adquiere dignidad pues no puedes permitir que lo mate una mordida de perro rabioso, o que le caiga un ladrillo en la cabeza, tienes que buscar una muerte heroica, digna, estoica, valiente, inteligente. Entonces muchas veces no encuentro la solución, la discuto con ella, ella la discute conmigo, y ahí está ya finalmente la conclusión.

    SERGIO SARMIENTO: Francisco Martín Moreno, escritor mexicano, autor de “MÉXICO ANTE DIOS”, gracias por estar con nosotros aquí en La Entrevista.

    FRANCISCO MARTÍN MORENO: Gracias, Sergio, por permitirme hablar contigo y con tu audiencia.

    SERGIO SARMIENTO: A usted, amigo televidente, que hace posible este programa, se lo agradezco también. Eso es todo por hoy, pero no se le olvide, nos vemos la próxima.

     
    .
20 replies since 21/7/2006, 02:13   1209 views
  Share  
.