Día Internacional de la Mujer

8 de Marzo

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  1. hotbabe
     
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    Aunque un poco tarde quiero dejar aquí algo que escribió Héctor Abad y fue publicado en Semana.com hace algunos años. Es un artículo que siempre me ha gustado porque el autor seguramente dice lo que otros quisieran admitir pero no lo hacen abiertamente por la presion social.

    Elogio de la mujer brava

    Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.

    A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.

    La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran "no más usted me avisa y yo le abro las piernas", siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).

    A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.

    Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.

    Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.

    Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.

    Vamos hombres, por esas mujeres bravas!!!!!!!!!!!!!

     
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  2. ~Leo~
     
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    Muy bueno el articulo, si lo ha publicado hace 30-40 años, no lo bajan de pendejo, pero en verdad, es la pura relidad, la infinidad de esposos que tenemos pareja que tambien trabaja, lo entendemos muy bien y explica tambien el miedo que tienen los "machos" de que su pareja trabaje, pues ¿cuantas mujeres, cuando los hijos ya estan un poco grandes, que empiezan a trabajar, toman seguridad, independencia y hartas del mal trato, incluso hasta golpes de sus esposos, terminan por mandarlos a la fregada?

    Los generos sexuales son muy diferentes en cuanto a su naturaleza, esto es, el hombre es diferente a la mujer, pero en ninguna parte dice que el hombre vale mas o es mas que la mujer, cada persona tiene su propio valor por asi decirlo, un determinado nivel moral o interior, lo que nos hace mejores o peores personas, pero este valor no tiene nada que ver con generos, ni mucho menos con titulos o jerarquias que la sociedad otorga.(aunque desgraciadamente en la practica no ocurre asi, la mayoria de las veces)

    Tiempos traen tiempos, entiendo que en epocas pasadas y remotas, la familia estaba diseñada para que el esposo trabajara y la esposa cuidara del hogar y los hijos, pero tambien me quiero imaginar que las condiciones eran muy distintas, pues se batallaba menos para comer aunque se fuera pobre, no habia tanta violencia, vicios ni maldad, la mujer solo se ha vuelto mas activa y participativa en areas que antes eran casi exclusivas de los hombres, pero esto ha sido algo necesario, pues la sociedad es mas dinamica y exigente actualmente.

    Los mexicanos traemos el machismo muy arraigado por cultura, educacion, es ancestral, pero yo siento que en las nuevas generaciones que vienen, cada vez habra menos machistas, por logica tiene que ser asi, la mujer lo ira permitiendo menos cada vez.

    Tambien pienso, no lo se......aqui en Mexico, aproximadamente el 90% de la poblacion es catolica, con eso de que dizque somos muy religiosos, luego se leen a letra muerta el genesis de la biblia .....donde Eva se condeno por los siglos de los siglos por haberse comido una pinche manzanita. Hazme el favor !!!
     
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1 replies since 10/3/2008, 19:23   149 views
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