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Hágase rosca en Reyes
( María R. Linares )
( 2006-01-06 )
La rosca de reyes simboliza la corona de los Reyes Magos; las frutas secas las joyas, y el pan es sinónimo de fraternidad y unión. En sus orígenes estaba hecho con base en levadura, actualmente ha sufrido deliciosas modificaciones, preparándose incluso con pasta de hojaldre, o rellenas con nata como en la tradicional Panadería Suiza, o con fruta o mermelada, incluso con chocolate.
Partir la rosca es una sabrosa tradición que llega a México a fines del siglo XVIII. A quien le toca el niño lleva los tamales el 2 de febrero, Día de la Candelaria, explica a Crónica Edmundo Escamilla, investigador gastrónomico, reconocido internacionalmente por su trabajo en la difusión de la cocina mexicana.
“La Candelaria es un pretexto para continuar con la fiesta y celebrar la cuarentena de María después del nacimiento de Cristo”.
Por más de 300 años este postre se ha consumido en honor de los reyes, conmemorando el viaje que hicieron a Belem para reconocer a Jesús como el nuevo Rey de Israel.
“No eran reyes ni magos, sino sabios que dominaban diferentes ciencias, entre ellas la astrología y la astronomía”, agrega Escamilla.
Los sabios, comenta, adquirieron el título de Reyes Magos durante la Edad Media, época de auge cristiano en la que se consolidó el Estado moderno.
“La Iglesia católica debía evidenciar que incluso los reyes se habían postrado ante Cristo y lo habían reconocido como hijo de Dios. Existe la teoría de que los restos de aquellos sabios descansan en una impresionante catedral gótica en Colonia, Alemania, y es a partir de ese momento que fueron llamados Reyes, y recordados por medio de este pan”, indica Escamilla.
DELICIOSA costumbre. “La rosca de reyes tiene su origen en Francia en el siglo XVII en la época de los Luises. En ese entonces se les ponía un niño, era una especie de juego que simulaba al Niño Jesús escondiéndose del Rey Herodes”, explica el investigador.
Hace 50 años en México era una alegría encontrar “el niño” dentro de un pedazo de rosca, actualmente, sobre todo los jóvenes, piensan erróneamente que es de mala suerte encontrarlo, comenta el chef Yuri de Gortari.
“El muñeco no es un castigo, en realidad es un premio, quien lo encuentra se llena de bendiciones, es de buena fortuna, y en vez de decir ‘tendré que gastar en tamales’, deberían pensar que van a agasajar a la gente con comida a cambio de bendiciones”.
Antiguamente en lugar de usar plástico, los muñecos eran de porcelana, agrega.
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Me saqué el mono de la rosca |