Votación popular porque Aracataca, Colombia lleve el nombre de Macondo

Hoy 25 de junio

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    MEZURA

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    El pueblo de donde es oriundo “Gabo” quiere aprovechar su fama y a la vez rendirle un homenaje
    BOGOTÁ, Colombia (NTX)

    El caribeño poblado colombiano de Aracataca, cuna del escritor Gabriel García Márquez, celebrará una insólita consulta popular para llevar el nombre de “Macondo”, en homenaje al Nobel de Literatura 1982.

    La propuesta para que Aracataca tome el nombre del mítico pueblo de “Cien años de soledad” es una iniciativa del alcalde Pedro Sánchez y cuenta con el apoyo de la Asociación Municipal de Juntas Comunales, que preside Gabriel Orlandi Grimaldi.

    De forma previa al inédito referendo, las autoridades locales hicieron una encuesta entre los habitantes de la caribeña localidad para comprobar que la iniciativa cuenta con respaldo popular.

    “Los habitantes y las diferentes juntas comunales del municipio le dieron el respaldo total a la propuesta del alcalde que busca con el cambio de nombre obtener recursos internacionales”, explicó Grimaldi en declaraciones a periodistas locales.

    Un reconocimiento más

    Aracataca tiene una población estimada de 50 mil habitantes en sus áreas urbanas y rurales, y las autoridades locales esperan que al menos 20 mil personas salgan a votar mañana a favor de agregarle al municipio la palabra “Macondo”.

    “(La iniciativa) es maravillosa porque nos da un reconocimiento más, ya que en estas tierras nació el único Nobel que tiene Colombia, y ya que él en todos sus escritos habla de ‘Macondo’, pienso que hay que aprovecharlo”, sostuvo Grimaldi.

    Los pobladores de Aracataca, quieren aprovechar la iniciativa para rendirle un homenaje al autor de “Los Funerales de Mamá Grande”, “El Coronel no tiene quien le escriba” y “Memorias de mis putas tristes”, entre otras obras.

    Grimaldi aseguró que los habitantes del poblado caribeño tienen claro que el nombre original de Aracataca no desaparecerá, sino que tendrá una especie de apellido, el cual será “Macondo”.
     
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  2. Macondo
     
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    ¡¡¡ Sí sí sí !!! :euforic:

    Si me piden mi voto se los doy... :D

    ¡Que viva el Gabo! :don:

    ¡Que viva Macondo! :mik:
     
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  3. HacKBaBy GiRL
     
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    jmmmmm....

    Si ya habia visto esta nota la semana pasada en un noticiero por t.v., pero la verdad no me parece que el cambio de nombre les vaya a cambiar la vida a los habitantes del pueblo de Aracataca.

    Es una población muy pobre, con muchas carencias básicas y problemas, enlugar de pedir cambio de nombre sería más útil y verdaderamente urgente suplir a los habitantes de Aracataca de las necesidades básicas como carreteras pavimentadas, acceso a la salud, disminución de la pobreza y analfabetismo entre otras cosas.

    Ojalá que el cambio de nombre les sirva de algo útil y práctico ...
     
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    Pues al menos lograrán que se le dé algo de atención por parte del gobierno federal, ojalá estos de verdad hicieran algo

    Estaba buscando info sobre él y ya me voy haciendo a la idea. Por ejemplo esta es la casa donde nación el Gabo

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  5. mike2
     
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    socialmente es una estupidez....
    pero hombre el gabo es mucho mas que eso...tiene la narrativa de mi abuelo..pero es genial...
    he leido cuanto libro se me pone enfrente y una ves de osado le hice una cancion...
    claro fue una noche de rondas con guitarras y mezcal...
     
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  6. sunrei
     
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    Se me hace algo innecesario, cambiarle el nombre solo porque Gabriel utilice ese nombre en sus escritos, y como dicen si es un lugar donde hacen falta muchos recursos, mejor que exijan eso los habitantes en lugar del cambio de nombre.
     
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  7. mike2
     
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    hay una colonia en mi pueblo que se llama miguel de la madrid ufff
    si se quiere hacer hago...que se haga como en sevilla para el escritor de don juan tenorio! el zorrilla que dejo su alma en todos sus herederos incluyendome...!
    un museo de arte...igual puede ayudar mas a la poblacion...en lo que a turismo se refiere!
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    Pues Mike, aquí hay un par de colonias, una que lleva el nombre del anterior gobernador que hizo una de las peores y más sucias gestiones en la historia y la otra que lleva el nombre de su esposa.

    Ambas empezaron como "invasiones", que son asentamientos irregulares casi siempre de casas de cartón en la periferia y que posteriormente terminan por urbanizarse, es decir dandoles acceso a servicios como luz y agua.

    Solo así me explico que en tu pueblo a una colonia le puedan poner el nombre de Miguel de la Madrid.
     
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  9. mike2
     
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    pues eso...quiero decir que verguenza!! pero bueno ya esta...
    imaginate una colonia mike torres o otra cherry de torres...eso seria genial para cuando tuvieramos el regreso tridimencional...pero y si no?


    imaginate la tradicion....si muriera en estos dias tendria un ataud blanco virginal.....porque no me he casado...pero si revisaran bien jajjajajajja valla sorpresa!! oye que es de noche aca... jaajja
     
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    No le había dado seguimiento a esto, pero la propuesta se rechazó, y Macondo seguirá existiendo solo en libros

    http://www.emol.com//noticias/internaciona...dnoticia=223189
     
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  11. mike2
     
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    al final la cordura impera! no?
     
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  12. mike2
     
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    Doble aniversario
    40 años de soledad y 80 de Gabriel García Márquez

    El Nobel colombiano y su gran novela que inauguró el 'boom' latinoamericano cumplen años redondos.

    Muchos años después, frente al tribunal de la Academia sueca, el escritor Gabriel García Márquez había de recordar aquel fin de semana remoto en el que junto a su mujer Mercedes Barcha tuvo que empeñar una batidora y dos alianzas para poder enviar la mitad del manuscrito restante de su novela al editor de Buenos Aires.

    Se trataba de Cien años de soledad, una laberíntica y fascinante epopeya sobre la familia Buendía que en poco tiempo se convertiría en la punta de lanza del llamado boom de la literatura latinoamericana. Con medio centenar de traducciones -incluido el braille- y más de 30 millones de ejemplares vendidos, su autor se ha convertido en el premio Nobel más popular de la historia.

    El escritor colombiano Gabriel García Márquez cumple mañana 80 años, tres meses antes de que su obra cumbre celebre el 40 aniversario de su primera edición.

    Pero las efemérides no acaban ahí, porque el autor de Crónica de una muerte anunciada, conmemorará el próximo 20 de octubre los 25 años de una noticia que le cambiaría la vida: el Premio Nobel de Literatura.

    Desde entonces, el viejo y fiel amigo de Fidel Castro y la Revolución Cubana ha rechazado fastos y premios. Pero en 2007, cuando ya parece haber colgado la pluma, los homenajes serán inevitables.

    El IV Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebrará del 26 al 29 de marzo en Cartagena de Indias -ciudad de El amor en los tiempos del cólera-, la RAE lanzará la edición anotada y corregida de Cien años de soledad, como ha hecho con el Quijote.

    Y la obra que fundó un género, el realismo mágico, sigue tan fresca como en su primer día. Aquel día en el que Gabo le abriera las puertas a una nueva generación de autores... porque las estirpes literarias latinoamericanas condenadas a cien años de soledad tuvieron una segunda, y hasta una tercera, oportunidad sobre la tierra.

    Crónica de un libro anunciado

    Corrían los primeros años de la Revolución Cubana y para el progresismo latinoamericano se alzaba un horizonte de optimismo. Rulfo y Guimaraes Rosa -tras las batallas ganadas por Borges y Carpentier-, le habían dado el tiro de gracia al realismo rancio, pero aún faltaba una nueva narrativa que diera cuenta de la convulsa historia del subcontinente, a tono con el "hombre nuevo" que profetizaba el Che.

    Y el gran golpe de timón literario no se hizo esperar. A principios de 1967 Carlos Fuentes dio la voz de alarma en una carta a Julio Cortázar: "Acabo de leer una obra maestra. La novela de Gabo nos libera a todos". A partir de allí se sucedieron la publicación de capítulos inéditos en periódicos y revistas literarias. Un colombiano desconocido estaba escribiendo "la gran novela latinoamericana". Las expectativas eran tales que Francisco Porrúa, el mítico editor de Sudamerica que había descubierto a Julio Cortázar y Juan Carlos Onetti, le giró 500 dólares al escritor como anticipo. Con esa cifra Gabo saldó en México los nueve meses de alquiler que adeudaba.

    Cien años de soledad se puso a la venta el 5 de junio de 1967. A última hora Porrúa había elevado la tirada a 8.000 ejemplares. Se agotaron en dos semanas y tuvo que tirar otros 10.000 de segunda edición. Días más tarde, un teatro porteño se ponía en pie para aplaudir a Gabo en la platea. Y desde entonces, las reediciones de Cien años no han cesado.

    Los herederos
    La estripe Buendía enfrentada

    Con el correr del tiempo el revulsivo realismo mágico se transformó en receta literaria de fácil imitación o en cliché de lo latinoamericano y las aguas se separaron entre los hijos de Aureliano Buendía. Las hijas ejemplares continuaron fieles al género y lo llevaron al cine y los hijos insumisos, casados de las doncellas que ascienden al cielo entre sábanas y los aguaceros que duran años, lo combatieron decretando su muerte.

    Las hijas sumisas

    Laura Esquivel
    Saltó a la fama con Como agua para chocolate (1989), llevada al cine por su esposo Alfonso Arau. Con gran éxito de público, la mexicana aporta al género su mirada femenina y culinaria.

    Isabel Allende
    Fiel a la tradición del realismo mágico, la escritor chilena sobrina del presidente asesinado lidera las listas de más vendidos desde su primera novela, La casa de los espíritus (1982).

    Los hijos rebeldes

    Jorge Volpi
    El mexicano encabezó la llamada "generación del crack" que rompió con el realismo mágico de sus mayores a mitad de los 90. Poco después se consolidó con el Premio Biblioteca Breve.

    Alberto Fuguet
    En una Latinoamérica de comida basura y suburbios industriarles el escritor chileno reemplazó la aldea de Gabo por McOndo, una polémica antología a que se convirtió en movimiento.

    El fenómeno
    Cuando la cocina de Mama Grande Balcells hizo boom

    Al igual que Rulfo con su tío, García Márquez alimentaba su obra con el caudal de historias que le contaba su abuela. Pero hubo otra "Mamá Grande", menos literaria y más pragmática, que lo llevó ala éxito: la mítica agente literaria Carmen Balcells. Representante de Carlos Fuentes, José Donoso, Cabrera Infante, Mario Vargas Llosa y Gabo, entre otros, fue la verdadera cocinera del boom latinoamericano. Mujer de carácter y a la vez maternal, llegó incluso a ocuparse de la vivienda de Gabo y Vargas Llosa en Barcelona. Su agresiva gestión de los derechos fue decisiva para garantizar la proyección internacional del colombiano.

    El lugar
    El mítico Macondo prefiere llamarse Aracataca

    Macondo, la aldea de 20 casa de barro y caña brava de Cien años de soledad, era el nombre de una hacienda bananera ubicada en Aracataca, el pueblo natal de Gabriel García Márquez, ubicado en el departamento de Magdalena, Colombia. En él se inspiró el escritor para ambientar su novela. Hoy Aracataca cuneta con 53.000 habitantes pero aún no tiene hospital ni agua potable. Su alcalde convocó en 2006 una consulta popular cambiar el nombre de la aldea por Macondo, como una forma de atraer el turismo y rendir un homenaje a Gabo. La propuesta obtuvo la mayoría pero no alcanzó los votos necesarios.

    La consagración
    El premio nobel con Guayabera

    "Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra".

    El retiro
    El otoño del patriarca de las letras

    El gran fabulador e inagotable contador de historias parece haber perdido el pulso contar la enfermedad y la edad implacable. A sus ochenta años confiesa sin culpa haber colgado la pluma. Gabo se dedica en su retiro a releer despreocupadamente los grandes clásicos de la literatura universal. Su última novela Memorias de mis putas tristes (2004), pálido reflejo de sus glorias pasadas, es, según el escritor, su testamento literario. Y queda pendiente la continuación de sus memorias.


    felicidades maestro
     
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    MEZURA

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    Gracias Mike, pues muy probablemente sea la ultima vez que tanto el Gabo como su obra más célebre lleguen a su aniversario en términos de decenas.

    Si no es mucho pedir, sería bueno verlo salir del retiro y que nos deleitara con algo más de su inspiración.
     
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  14. ~Leo~
     
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    Los Macondos que necesitamos

    EDITORIAL DE EL UNIVERSAL
    3 de marzo de 2007

    "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo" . Tal es la primera frase del libro Cien años de soledad , de Gabriel García Márquez, que hace 40 años formó parte de un movimiento literario genuinamente latinoamericano que ayudó al florecimiento de una industria editorial de altos vuelos, que hoy desfallece.

    Comienzan las conmemoraciones de un triple aniversario: las cuatro décadas de la primera edición de Cien años de soledad, el 25 aniversario de que su autor recibiera el premio Nobel de Literatura, y los 80 años de edad del colombiano que dio vida a esa corriente de las letras en América Latina que llegó a ser conocida como "realismo mágico", en la que lo cierto y la ficción se entrelazan imperceptiblemente, teniendo como argamasa un lenguaje vasto, cuya sonoridad y potencialidades fueron llevadas al extremo, dentro de situaciones y escenas inequívocamente regionales.

    García Márquez se alzó como símbolo de las letras latinoamericanas, que ya tenían en el horizonte a Rulfo, a Cortázar, a Carpentier, a Vargas Llosa, a Borges, a Lizpector y a Onetti, entre muchos otros. Con ellos la literatura de nuestros países adquirió dimensiones universales, al cautivar públicos otrora ajenos a nuestra cultura, en Europa y en Estados Unidos.

    Buenos literatos generaron buenas editoriales. En los años 60 se conjugó felizmente esta naciente camada de escritores con una industria editorial enriquecida por exiliados españoles que en toda América Latina, lado a lado de empresarios locales, establecieron una amplia red de impresión y distribución que ayudó a que el boom fuera explosivo y, sobre todo, masivo.

    Con él se formó una generación de lectores a partir de la cual se reafirmó un fuerte sentido de pertenencia e identidad regional, configurando un imaginario colectivo liberal y solidario.

    Esta generación de hombres y mujeres libres fue la que ofreció resistencia a las dictaduras y gorilatos que, una década después, ensombrecieron a la región y la desviaron de su episódico cauce democrático.

    Literatura y revolución fueron durante aquellos años casi sinónimos. No en balde Gabo sigue siendo amigo del presidente cubano Fidel Castro, a contrapelo de la precariedad de las libertades de expresión en la isla.

    América Latina no ha dejado de producir escritores de talla mundial; sin embargo, con la caída del Muro de Berlín y el advenimiento de la globalización, lo que sí ha menguado es nuestra industria editorial, de tal suerte que las lecturas hoy se encuentran guiadas por quienes tienen el poder económico para absorber pequeñas editoriales latinoamericanas y controlarlas desde las metrópolis, con criterios de comercialización dominados por los manuales de autoayuda y novelas maquiladas bajo receta. El Fondo de Cultura Económica, editorial del Estado mexicano, es una honrosa excepción a esta regla.

    El festejo a García Márquez nos recuerda que alguna vez tuvimos una industria latinoamericana editorial fuerte, que debe retomar el control de su destino. A 40 años de la epopeya de Aureliano Buendía necesitamos, como nunca, más Macondos.
     
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  15. ~Leo~
     
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    La compleja sencillez

    Por: Federico Reyes Heroles
    06 de marzo de 2007

    Parafraseo a Chesterton, la sencillez es algo muy curioso, en el momento mismo que creemos tenerla ya la hemos perdido. Mercedes y Gabriel García son viejos vecinos de la Ciudad de México. Es común encontrarlos en cenas, en restaurantes, espectáculos, siempre dispuestos a romper la noche y continuar la plática. Viajan mucho, es cierto, de pronto ya están en Barcelona o Cartagena o visitando hijos o nietos. Pero tarde o temprano regresarán y el día menos esperado unos enormes anteojos oscuros serán la punta de lanza de un gran abrazo. De inmediato Mercedes se dejará venir con una retahíla de comentarios y preguntas finas sobre asuntos locales. Ya habrá leído todo en los periódicos, escuchado infinidad de noticiarios de radio y hablado con medio México. ¡Como si no hubieran estado fuera un sólo minuto!

    Su vida cotidiana pareciera seguir la definición de felicidad de Jean Cocteau: vivir como todos, ser como nadie. No es extraño que los Gabos hablen tarde para una comida dominguera, pidan aventón o encontrarlos encaramados en un pequeño taxi. No es extraño verlos tropezarse con algún juguete de los nietos o comprando comida china. Quizá sea esa sencillez la que por momentos nos hace olvidar al personaje. García Márquez no sólo es un gran literato, es un auténtico fenómeno. Un autor que ha logrado vender en todo el mundo más de 30 millones de ejemplares de tan sólo uno de sus libros, por ese simple hecho quedaría en los anales de la literatura. García Márquez es un fenómeno de ventas, pero es mucho más que eso.

    García Márquez es la encarnación del oficio de escritor. Sin miramientos o cálculos dejó a su pluma ir en varias pistas: el periodismo, los cuentos cortos, la desgarradora crónica, pero también, -¿por qué no?- el guión cinematográfico. Ha defendido y construido ese derecho -ser escritor- y para ello tuvo que sortear, como todos, los avatares económicos que lo afligían, de allí sus afortunadas incursiones en la publicidad "Yo sin Kleenex no puedo vivir". Pero esas necesarias desviaciones le confirmaron su rumbo: jamás abandonó a la palabra como la razón de ser de su vida.

    Quizá fue esa lealtad al oficio, combinada con las necesidades terrenales, las que le inyectaron un arrojo admirable. No tenía ni el tiempo ni los recursos para convertirse en un dilettanti de la literatura. Habría que escribir algo grandioso y rápido. Parece que fue en Acapulco a mediados de los sesenta cuando cayó presa de la idea de Cien Años de Soledad. El éxito inmediato fue el inicio del fenómeno. Algunos años después le caería el premio Nobel que, como él mismo lo describe, hubiera podido ser un sepulcro -muy honroso si se quiere, pero sepulcro al fin- para un hombre en los cincuenta medios. Demasiado joven para permitir la asfixia por gloria. Había que seguir escribiendo. Había que elevar el rasero, proponérselo en cada línea, en cada cuento, en cada libro. Aparecieron entonces el Amor en los Tiempos del Cólera, El General en su Laberinto y muchos más.

    Gabo es un hombre cálido, con buena estrella, con fortuna. Encontró a Mercedes Barcha y pudo construir una familia. Fortuna mayor. Defendió su oficio y el oficio le pagó. Arriesgó y hubo cosecha. Tocó una vertiente narrativa muy poco explorada y la llevó a la cúspide. El azaroso y con frecuencia inexplicable Nobel lo lanzó al firmamento. Pero no se perdió en la estratosfera. Supo regresar a la tierra y continuar con lo que mejor hace: escribir. No todo ha sido dulzura. Las posiciones políticas del Gabo, la defensa del caso Cuba y de Castro en particular le han acarreado críticas acérrimas, puertas que se le cierran sin demasiada discreción. El punto es delicado, incluso entre sus amigos que no hace demasiado lo acompañaban y que en los últimos años han cambiado de posición, yo creo que con razón. ¿Cómo digerimos el hecho? ¿Acaso un hombre de su inteligencia y sensibilidad es incapaz de identificar los cambios ocurridos en el mundo? Resulta burdo.

    Durante décadas García Márquez ha sido un gran activista de las relaciones entre México y Cuba. Un embajador silencioso que iba y venía tratando de distensar las relaciones con Estados Unidos. La lista de acciones muy concretas en que ha intervenido como sacar a personas de cárceles o defender casos frente al gobierno cubano e incluso frente al propio Castro es larga e interesante. García Márquez encontró allí una utilidad política que lo apasiona y de la cual habla poco. Se ha hecho pública la conversación que Carlos Fuentes, -otro grande de la literatura y su gran amigo- Bernardo Sepúlveda y el Gabo, tuvieron con Clinton sobre Cuba, no más. Pero para seguir adelante en esa misión se tiene que estar dentro, ése es el argumento. Lo más sencillo para la gloria del Gabo -que no la necesita- sería hacer un pronunciamiento crítico, pasarse del lado "políticamente correcto". Fin de la historia.

    Pero García Márquez considera que todavía hay mucho trabajo por hacer, que los próximos años serán muy delicados. Está convencido de su utilidad. No lo justifico, trato de entenderlo. Por lo pronto me parece que acosar al Gabo se ha convertido en un buen negocio de liberales convertidos en inquisidores. Cualquier otra persona con las mismas posiciones recibiría más tolerancia. El Gabo es una presa muy apetecible. Cualquier persecución es un foco de intolerancia, incluido el Gabo. "Odio a muerte lo que dices, pero defenderé a muerte tu derecho a decirlo". Si tomáramos el mismo rasero para asuntos nacionales nunca habría conciliación. Sólo él conoce sus límites. Por lo pronto, hoy, en sus ochenta, lo único que brota es decirle ¡felicidades, Gabo!, gracias por el mundo literario que nos regalaste.
     
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18 replies since 25/6/2006, 06:38   1627 views
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